lunes, 24 de marzo de 2008

El Libro de lo Increible

Cuando acabe de leer estas páginas, ya no se sorprenderá de que el genial filósofo
Aristóteles afirmara que los objetos, al caer, aceleran porque se ponen contentos de acercarse a
la Tierra. Ni de que el conde Drácula - Vlad IV - existiera de verdad. Ni de que el Polo Norte
ocupara un día la posición que hoy tiene el desierto del Sahara. Ni de que los indios sirionó del
Amazonas se mueran de vergüenza si les ven comer, pero copulen en público como quien se
come un bocadillo.
No se sorprenderá, porque habrá descubierto que la realidad es tan rica en matices, y a veces
tan extravagante y divertida, que se ríe de la fantasía de los humanos.
Pero también encontrará cosas increíbles - y sin embargo ciertas - en el mundo animal, entre
la jet set de todos los tiempos, entre los clérigos, los científicos y el pueblo llano.
Nuestro propósito es informarle y divertirle. Pero - un consejo - después de dar crédito a todo
esto, no vaya a creerse cualquier cosa... Lo increíble es, en esencia, extraordinariamente poco
frecuente.
"Lo más incomprensible del mundo es que sea comprensible." ALBERT EINSTEIN
"Cuando bromeo, siempre digo la verdad." GEORGE BERNARD SHAW
"No hay nada cierto, salvo la muerte y los impuestos." BENJAMIN FRANKLIN

CAPÍTULO 1
¡QUÉ GENTE TAN RARA!

Las madres de la tribu pondos de Sudáfrica están deseosas de que sus hijos se casen con
tantas mujeres como les sea posible, ya que las recién casadas pasan a ser auténticas esclavas
de la suegra.
En los harenes sudaneses, tras la pérdida de la virginidad de las concubinas a manos de los
amos, éstos, para ponerlas a salvo de los instintos de los eunucos - que conservaban su órgano
reproductor -, les colocaban en el interior de la vagina una vara de bambú de 30 centímetros que
se sujetaba con correas a las piernas de la mujer.
En las islas Molucas, en el archipiélago de Indonesia, la caza de cabezas sólo puede hacerse
por detrás, ya que, si el agresor ve la cara del oponente, matarlo sería un asesinato.
Los chinos adiestraban a los ciegos para la práctica del masaje con doble intención. Por una
porte, se pensaba que los invidentes tenían más desarrollado el tacto y, por otra, podían tratar a
la clientela femenina sin pudores.
La primera vez que a un pigmeo, acostumbrado a una visión de corta distancia, se le subió a
una cumbre, confundió una manada de elefantes con moscas.
Cuando iban al mercado, los verdugos de la antigüedad no podían poner las manos sobre la
mercancía, y tenían que hacer la compra provistos de una vara, con la que señalaban lo que
deseaban comprar. Ello se debía al rechazo que hacia ellos sentía la mayoría de sus
conciudadanos.
En el siglo XIV, el calzado de moda en Europa era un zapato puntiagudo llamado pontaine, con
punteras que se alargaban varios centímetros, y acababan en forma de garra de pájaro, o pico de
águila. Algunos incluso tenían forma de pene, lo que motivó que los papas Urbano V y Carlos V
de Francia prohibieran su uso a los católicos. Pero ni ellos pudieron parar la desvergonzado
modo, que se prolongó durante varios años.
En la antigua Grecia, las mujeres no comían con sus maridos, sino que permanecían recluidas
en el gineceo, habitación para mujeres que estaba situada en la parte posterior de la viviendo.
Las únicas mujeres que podían sentarse a la mesa de los varones eran las hetairas, cortesanas
de alto nivel.
El 27 de agosto de 1896, estalló entre Gran Bretaña y Zanzíbar - hoy parte de Tanzania - una
guerra que duró 38 minutos.

El servicio del agua en Atenas, en el siglo IV, era de tal importancia que el funcionario que
desempeñaba el cargo no era nombrado por sorteo, sino por elección. Tenía que ser rico, para
que de esta forma pudiera contribuir con sus dracmas al mantenimiento y construcción de nuevas
fuentes.
Una ley de Maryland, EE UU, del año 1634 obligaba a las mujeres viudas que habían heredado
propiedades de sus maridos a casarse en un plazo máximo de seis años. Si no lo hacían, perdían
sus pertenencias, que pasaban al pariente masculino más cercano.
El primer anuncio escrito que se conoce dato del año 3000 a. de C. Es el contenido en un cartel
encontrado en las ruinas de la ciudad egipcio de Tebas, que ofrece la recompensa de una
moneda de oro a quien capture y devuelva a su amo un esclavo huido llamado Shem.
Algunas tribus de indios del Orinoco, en Venezuela, colgaban los cadáveres en una especie de
hamaca durante una semana, y con los líquidos que goteaban de ellos en el proceso de
descomposición, los curanderos fabricaban un licor que decían que tenía propiedades mágicas.
¿Le interesa un seguro contra satélites? La empresa estadounidense Complete Equity Markets,
de Illinois, ofrece pólizas contra cualquier accidente producido por un satélite que caiga del
espacio. Si el asegurado muere o resulta herido, él o su familia, en el caso de que fallezca,
recibirán 100 millones de pesetas; si causa daños en sus propiedades, 10 millones.
Los vikingos, en sus incursiones, no dejaban títere con cabeza. Sin embargo, en el año 854,
cuando Godofredo, jefe de los normandos del Loira, se encaminaba hacia el monasterio de
Redon para saquearlo, se desencadenó una violenta tormenta. Los vikingos, aterrados, creyeron
que el convento estaba protegido por los dioses, por lo que no sólo desistieron en el empeño de
arrasarlo, sino que además Godofredo dejó una guardia a sus puertas, para cerciorarse de que
ninguno de los suyos lo saquearía en el futuro.
Los cometas, considerados por muchos culturas como anuncios de infortunios y terribles males,
significaban para los zulúes el presagio de una guerra; para los masais, hambre; para los eghap
de Nigeria, epidemias, y para los luba del Zaire, la muerte de un jefe de la tribu.
Algunas profesiones fuera de la ley en la España del siglo XVII, en la jerga del momento, eran:
grumete (ladrón de domicilios con escala), devoto (ladrón de cepillos en las iglesias), apóstol
(especialista en ganzúas), capeador (ladrón de capas en pleno vía pública) y jácaro, jaque o rufo
(matón o asesino a sueldo).
Durante algún tiempo la virginidad de la mujer estaba mal vista y se consideraba incluso
peligrosa para la salud del marido. Por este motivo, en algunos partes de Oriente, los hombres
ricos preferían desflorar a la novia con una barra de hierro o dejar ese trabajo sucio para un
esclavo.
Las mujeres de Esparta, para probar el carácter de los recién nacidos, en vez de lavarlos con
agua lo hacían con vino. Se creía que, si el niño era epiléptico o estaba enfermo, caía con
convulsiones al contacto con esta bebida. Otras madres los lavaban con agua helada y con orina,
con el mismo fin.
En el norte de Inglaterra, desde el siglo VIl hasta bien entrado el XIl, a las mujeres protestonas
o que se negaban a permanecer calladas, se les ponía una especie de bozal metálico sobre la
cara y la boca, el acial, con una mordaza también de metal, que les ocasionaba graves lesiones
en el paladar y la cavidad bucal. Una vez amordazadas, eran paseadas por las calles atadas con
una cuerda.


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La inteligencia conoce todas las cosas y ordenó todas las cosas que van a ser y las que fueron y las que son ahora y las que no son
La inteligencia es lo más puro de todas las cosas. Tiene un conocimiento total de cada cosa y es la máxima fuerza.
El espíritu gobierna el universo.
Anaxágoras

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