martes, 13 de mayo de 2008

LA PARALISIS DEL SUEÑO

Parálisis del sueño




The Nightmare, by Henry Fuseli (1781) está considerada como una clásica representación de la parálisis del sueño como la visita de un demonio.

La parálisis del sueño (PS) es una condición muscular producida por la atonía que tiene lugar mientras la persona duerme. Se observa mayoritariamente en los momentos en que el individuo está despertándose o quedándose dormido, o comenzando una fase REM del sueño.

Según la Clasificación Internacional de Trastornos del sueño, la parálisis del sueño consiste en un periodo de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño (hipnagógica o forma predormital) o al despertarse ya sea durante la noche o la mañana (hipnopómpica o forma postdormital).[1]

La parálisis es totalmente normal y se produce cada vez que uno duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo para evitar el "escenificar físicamente los ensueños", lo cual podría resultar dañino y peligroso para el individuo dormido (sonambulismo).

Normalmente no estamos conscientes en ese estado, pero algunos individuos son susceptibles de sufrir episodios de parálisis estando conscientes. Esto puede ocasionar que el individuo mezcle sensaciones reales del entorno que le rodea con cualquier tipo de alucinación producida por un sueño, como puede ser sentir una sensación de ahogo o dificultad para respirar, con opresión del pecho, palpitaciones y otras sensaciones de origen fisiológico. Esta parálisis, acompañada por temor en la persona que la padece, se conoce como pesadilla, en el sentido clásico de la palabra.

En este estado, el sujeto se siente incapaz de realizar cualquier movimiento o de hablar, pero está plenamente consciente de su situación y de lo que ocurre en su medio ambiente circundante, ya que puede oír, oler o percibir sensaciones táctiles, incluso ver si tiene los ojos abiertos, o creer completamente que está viendo la habitación en la que se durmió, aun teniendo los ojos cerrados.

Prevalencia
La parálisis del sueño es un fenómeno extremadamente común que ocurre por lo menos una vez en la vida en el 40 a 50 por ciento de los sujetos normales. Sin embargo, como un problema crónico es mucho menos común. La parálisis del sueño de tipo familiar en individuos sin ataques de sueño o cataplexia es excepcionalmente poco frecuente, con sólo unas pocas familias descritas en la literatura. Del 17 al 40 % de los narcolépticos han reportado tener parálisis del sueño.

Puede aparecer de manera aislada en individuos sanos, en una forma familiar que es transmitida genéticamente, y como uno de los síntomas clásicos de la narcolepsia. Los casos aislados ocurren más frecuentemente al levantarse, mientras que en la forma familiar y en la narcolepsia, la parálisis es más común al inicio del sueño.[1]

Alucinaciones más comunes
La Parálisis del sueño comúnmente se presenta con un conjunto de alucinaciones básicas que suelen ser experimentadas por la mayoría de las personas que han sufrido un episodio de PS. Estas alucinaciones ocurren solas o en varias combinaciones con o sin elaboración narrativa explícita. Una presencia puede, por ejemplo, ocurrir sola o con voces, o apariciones visuales, y, con menos frecuencia, con sensaciones de flotar o experiencias fuera del cuerpo (EFC). Si cuando sucede el individuo tiene los ojos abiertos (o incluso cerrados), puede llegar a ver el lugar donde se encuentra (siempre el lugar en el que se quedó dormido) distorsionado, girado o torcido. Algunas veces, los episodios alucinatorios más complejos pueden tener una interpretación coherente, pero son a menudo experimentadas como sensaciones aisladas, incoherentes y desorientadoras.[2]

Alucinaciones auditivas
Las alucinaciones auditivas durante la PS son extremadamente diversas. Aunque al parecer una cualidad domina a toda esta diversidad: Los sonidos son claramente experimentados como externos al oyente más que "en la cabeza". Muchos de los sonidos son muy elementales. A menudo las experiencias auditivas son descritas como zumbidos, chillidos, siseo, rugidos, ráfagas, chirridos, crujidos, vibraciones y silbidos. Estos sonidos son a veces descritos como muy ruidosos y mecánicos. [3]

Otro tipo de alucinación auditiva muy frecuente, es la de voces, que se experimentan como si fueran producidas externamente pero carecen de sentido. Las voces pueden ser experimentadas como gritos o susurros pero, en cualquier caso el sentido de lo que se está diciendo es elusivo. Las voces son descritas como muy enredadas o de otro idioma. En los casos en que las voces son comprensibles su mensaje es muy simple y directo, pueden simplemente llamar al nombre del que duerme, pero más a menudo, amenazan, advierten, ordenan, piden ayuda o se ríen.

Alucinaciones visuales
Las alucinaciones visuales varían bastante, pueden ir desde imágenes muy detalladas y vívidas hasta muy vagas e indefinidas. Las siluetas humanas son muy comunes y usualmente están vestidas de negro, no necesariamente se tiene que ver a un extraño o algo no definido, ya que se han dado casos en que se ve a familiares, amigos e incluso mascotas. No es raro que estas figuras sean confundidas con intrusos de carne y hueso.

Las figuras que producen miedo suelen ser estereotipos, es decir, esqueletos, fantasmas, demonios, La muerte, etc.[3]

Alucinaciones táctiles
Las alucinaciones táctiles son de las experiencias más comunes y parecen estar relacionadas con la alucinación de La Presencia. Sentir que se es agarrado de las muñecas y de las manos es bastante común.

La Presencia
Una de las experiencias asociadas con PS reportada más comúnmente es la de sentir una presencia, es también la experiencia menos específica y tal vez la más fundamental de las Experiencias Hipnagógicas e Hipnopómpicas. La Presencia es más como estar consciente de que hay una persona o una cosa en la habitación. Además, está la convicción de que esta entidad existe afuera e independientemente de la persona. La sensación de una presencia puede ser muy fuerte y claramente parece ser bastante real. En algunos casos la presencia puede ser descrita como "invisible". Sin embargo, más comúnmente es simplemente "oculto", es decir, la persona siente que si sólo pudiera voltearse podría ver lo que se está ocultando y ahora mismo está "fuera de vista".

Aún sin ninguna otra información, muchas personas parecen tener una intuición inmediata de que la presencia es alguien o algo a lo que se le debe temer. Se interpreta comúnmente que la presencia tiene una intención malévola. Algunas descripciones no pasan de un sentimiento de temor y de miedo a una muerte inminente provocado por esta presencia.

La subida del muerto, la vieja bruja
La gente reporta frecuentemente dificultades para respirar durante la PS. Esto tiende a ser asociado con sensaciones de presión en el pecho, opresión alrededor del cuello y sensaciones de sofocación, es esta sensación a la que se le denomina (en muchos países hispanohablantes) como "la subida del muerto", en la literatura inglesa se la conoce como "la vieja bruja" (Old Hag).

Las percepciones de dificultades para respirar probablemente llegan como una consecuencia directa de la parálisis de los músculos voluntarios. Aunque una respiración automática superficial continúa cuando la persona intenta, sin éxito, respirar voluntariamente, esto puede provocar pánico referente a una posible sofocación. Cuando la sensación de una presencia es asociada con sensaciones de presión y dificultad para respirar puede ser más frecuentemente asociado con pensamientos explícitos de muerte inminente.

Los sentimientos de sofocación también pueden ser inducidos por hipoxia e hipercapnia relacionadas con el sueño REM. Esta inhabilidad para “recobrar el aliento” a menudo genera sentimientos de pánico relacionados con la posibilidad de morir por sofocación.[3]

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