martes, 13 de mayo de 2008

Unas 800 personas deben someterse a análisis de radiación

El Consejo de Seguridad Nuclear ha
reclasificado el suceso ocurrido en la central nuclear de Ascó
(Tarragona) y ha elevado el nivel del mismo hasta el 2 (incidente),
de acuerdo a la escala internacional de sucesos internacionales que
mide este tipo de incidentes.

Aunque los nuevos datos apuntan que el impacto radiológico sobre la
población y sobre los trabajadores de la central nuclear sigue
estando por debajo de los límites legales, la empresa va a realizar
mediciones de radiactividad a todas las personas que han pasado por
el emplazamiento desde el pasado 28 de noviembre (entre 700 y 800
personas).

El organismo que vela por la seguridad nuclear en España ha
insistido no obstante en que no existe riesgo para la población,
aunque los datos disponibles indican que el vertido fue superior al
inicialmente estimado.

La escala internacional INES abarca desde el 0 (sin significación
para la seguridad) hasta el 7 (accidente grave), y el 2 está
considerado como un "incidente".

Además, el Consejo de Seguridad Nuclear está trabajando en la
apertura de un expediente sancionador al titular y le exigirá que se
depuren responsabilidades.

La reclasificación (estaba en el nivel 1) del suceso, ha informado
el CSN, se ha debido al inadecuado control del material radiactivo y
por proporcionar información "incompleta y deficiente" al organismo
regulador.

Para esclarecer todos los detalles del suceso de vertido de material
radiactivo en áreas exteriores a la central, el CSN pidió al titular
de la central que presente información detallada de numerosos
aspectos.

Pidió en concreto información sobre la situación radiológica y
operativa del sistema en el que se originó el suceso; el programa
previsto para vigilancia de áreas exteriores; el programa de
vigilancia de contaminación interna de las personas potencialmente
afectadas; y una estimación de la dosis máxima que han podido
recibir las personas en el emplazamiento.

Reclamó además un análisis del comportamiento de los sistemas de
vigilancia de la radiación; y una estimación de la actividad total
vertida.

Esta información, que ha llegado hoy a la sede del Consejo, ha
confirmado el origen (ventilación del edificio de combustible) y la
naturaleza del vertido (partículas metálicas de activación).

El CSN ha aclarado que, sin embargo, las estimaciones de la cantidad
total del vertido al exterior han resultado superiores a las que se
habían comunicado inicialmente.

Del análisis de la cronología de los hechos, el CSN ha deducido que
el pasado día 9 de abril el titular ya conocía que la información de
actividad total vertida no era correcta y no lo comunicó al
organismo.

Tampoco informó de ello durante el Comité Local de Información
extraordinario que se celebró esa misma tarde en la localidad de
Ascó.

Según el CSN, el impacto radiológico que se deriva de los nuevos
datos sigue siendo "muy poco significativo" para la población en el
entorno de la central, y según las nuevas estimaciones, el impacto
sobre las personas que han trabajado en la instalación se encuentra,
en términos de dosis, "por debajo de los límites legales".

Para verificar esta valoración, la empresa tiene previsto realizar
mediciones de radiactividad a todas las personas que han pasado por
el emplazamiento desde el pasado 28 de noviembre (entre 700 y 800
personas).

Hasta la fecha, según ha comunicado al CSN, ha realizado mediciones
a 579 personas, sin encontrar en ningún caso indicios de
incorporación de material radiactivo.

El Consejo de Seguridad Nuclear va a iniciar "inmediatamente" una
campaña de vigilancia radiológica para complementar las medidas que
ya realizó el día 5 de abril en el exterior de la instalación con un
equipo de inspectores.

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