martes, 13 de mayo de 2008

Tomado de "Las mil y una noches"

El Califa Alrum Al-Rachid decidió construir un palacio que señalara la grandeza de

su reino. Reunió las mejores obras de arte, diseñó los jardines, seleccionó

personalmente el mármol y las alfombras,

Al lado del terreno escogido había una cabaña. Al-Rachid pidió a su ministro que

convenciera al dueño para vendérsela, para ser demolida.

El ministro lo intentó sin éxito, pues el viejo dijo que no quería desprenderse de

ella.

Al saber la decisión del viejo, el Consejo de la Corte sugirió que simplemente lo

expulsaran del lugar.

- No – respondió Al-Rachid. Pasará a formar parte de mi legado a mi pueblo.

Cuando vean el palacio dirán: él fue un hombre que trabajó para mostrar la belleza

de nuestra cultura.

Y cuando vean la cabaña, dirán: él fue un hombre justo, porque respetó el trabajo

de los demás"...

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